Las emociones influyen en la actividad del cerebro creativo
El proceso de creación en el cerebro se activa de formas distintas según los sentimientos.
Los procesos que acontecen en el cerebro
cuando creamos también dependen del contexto emocional. Científicos
dirigidos por Malinda McPherson, de la Escuela de medicina Johns
Hopkins, han comprobado esta relación mediante imagen por resonancia
magnética y un grupo de pianistas de jazz.
Los investigadores solicitaron a los músicos que improvisaran una melodía sobre un teclado especial mientras se encontraban bajo el escáner. También les indicaron un requisito: la pieza debía concordar con la emoción que transmitía la imagen que les habían mostrado previamente. En esta aparecía el rostro de una mujer alegre o triste.
El cerebro de los participantes respondía de distinto modo según tocaban una composición triste o alegre. En concreto, la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral (implicada en la planificación y el control de la conducta, entre otras funciones) disminuía de manera notable cuando improvisaban bajo la inspiración de emociones positivas. Al parecer, se sumergían en un estado de «fluir», según describen los investigadores. En cambio, cuando interpretaban una pieza triste, destacaba la actividad del centro de recompensa cerebral. Es posible que ello les ayudara a percibir los sonidos melancólicos como agradables a la vez que les permitía mantener cierta distancia de ellos.
Estos resultados sugieren que el proceso de creación en el cerebro se activa de formas diferentes según los sentimientos. Las bases neurobiológicas de la creatividad parecen más complejas de lo que se creía hasta ahora, concluye la autora.
Fuente: Scientific Reports, vol. 6, 18460, 2016
Los investigadores solicitaron a los músicos que improvisaran una melodía sobre un teclado especial mientras se encontraban bajo el escáner. También les indicaron un requisito: la pieza debía concordar con la emoción que transmitía la imagen que les habían mostrado previamente. En esta aparecía el rostro de una mujer alegre o triste.
El cerebro de los participantes respondía de distinto modo según tocaban una composición triste o alegre. En concreto, la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral (implicada en la planificación y el control de la conducta, entre otras funciones) disminuía de manera notable cuando improvisaban bajo la inspiración de emociones positivas. Al parecer, se sumergían en un estado de «fluir», según describen los investigadores. En cambio, cuando interpretaban una pieza triste, destacaba la actividad del centro de recompensa cerebral. Es posible que ello les ayudara a percibir los sonidos melancólicos como agradables a la vez que les permitía mantener cierta distancia de ellos.
Estos resultados sugieren que el proceso de creación en el cerebro se activa de formas diferentes según los sentimientos. Las bases neurobiológicas de la creatividad parecen más complejas de lo que se creía hasta ahora, concluye la autora.
Fuente: Scientific Reports, vol. 6, 18460, 2016
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